jueves, 17 de mayo de 2007

La historia Oral y el post-modernismo: ?Al rescate de la patria?

Siempre pensé que mi abuela sería una extraordinaria historiadora, o por lo menos una rica fuente de historia oral. No quisiera categorizar mis ideales con una corriente historiográfica. Pero el Post-modernismo trae una excelente oportunidad para erradicar una metodología concreta y hacer de mi abuela una investigación. Pienso, si Domitila habló del rol de las mujeres en la revolución bolivariana y Taso sobre la explotación de los trabajadores cañeros, sin contagiarme con la generalización de esta nueva vertiente histórica, mi abuela puede ser un excelente recurso sobre la vida del puertorriqueño costero durante la Grán Depresión. Según los datos de mi abuela, los hábitos recolectores de ellas y de sus hermanos lograron que mientras en Nueva York se pasaba hambre, ellas comían langostas y sopa de cocolías casi todos los días. Mientras el jíbaro trataba de vender resignado su cargamento “loco de contento” según Rafael Hernández mi abuela tomaba rica leche de coco y se gozaba la fresca agua de los cocoteros. Mi abuela describía como en la época en la que los estadounidenses entran a la Segunda Guerra Mundial, sus maestras enseñaban a los estudiantes a como ponerse un palito en la boca y agacharse en los escritorios en caso de un bombardeo aéreo. Es excitante soñar lo que los post-modernistas pueden hacer con la historia. Establecen una paradoja en la que los estudios de casos individuales de una subjetividad histórica pueden servir para reconstruir una historia.
El post-modernismo es convenientemente maleable, pero tengo que hacer la salvedad que no puede casar la relatividad con la generalización. Por más radical que pueda ser dicho caos historiográfico, este “pabonismo” o neo-liberalismo no puede reconstruir una historia en la que ellos no creen. Puedo entender su relatividad, pero dentro de este caos hay una metodología, la historia oral, se establece una fuente primaria-en mi caso, mi abuela-. Creo que el sueño postmeodernista es uno muy conveniente, pero como diría el dicho “los sueños, sueños son.”

1 comentario:

Raymond Vega dijo...

La historia para los Postmodernistas son simplementes megarelatos. Su percepción acerca de que la historia es como un cuento para justificar cietas acciones, no es nuevo. Es tan antiguo como los sofistas en Grecia. Loa sofistas aludían que el conocimiento es un tanto relativo según quién lo interprete.¿Qué es bueno? ¿ Qué es malo? Para los Postmodernistas existe una cierta neutralidad en términos de moralidad, y de lo que se quiere hacer y comunicar con las palabras. El postmodernismo lamentablemente, pierde la batalla, cuando quiere justificar mediante los relatos que éstos nos presentan para poder convercernos de sus argumentos, mediante el relato vacio, sin sentido e incomprensibles.